0341 5183131

Líneas rotativas

Av. Soldado Aguirre 3483

2124 | Villa Gobernador Gálvez

Colores que abrigan

Uno de los aspectos más importantes en temporadas invernales crudas es la capacidad aislante de las pinturas. Existen formulaciones especiales, con tecnologías térmicas incorporadas, que actúan como una barrera contra la pérdida de calor. Estos productos, muchas veces desarrollados a partir de microesferas cerámicas, reflejan la radiación interna evitando que el calor generado por sistemas de calefacción se disipe rápidamente a través de las paredes. Aplicar este tipo de soluciones puede implicar una reducción significativa en el consumo energético, ya que permite mantener ambientes cálidos con menor gasto.

El problema de la condensación también se agudiza en climas fríos. Al mantenerse calientes los interiores, pero frías las superficies, se forma humedad por choque térmico, lo cual favorece la aparición de manchas, hongos y deterioro del revestimiento. Para combatir esto, las pinturas antihumedad y antimoho se vuelven aliadas esenciales. Suelen estar compuestas por fungicidas que inhiben el crecimiento de microorganismos y resisten los efectos del vapor de agua, permitiendo que las paredes respiren sin perder protección.

A la hora de seleccionar colores, muchos optan por tonos cálidos para compensar visualmente las bajas temperaturas. Terracotas, ocres, mostazas o tonalidades tierra no solo hacen que un espacio luzca acogedor, sino que también contribuyen a la percepción térmica de quienes lo habitan. En invierno, el entorno visual también juega un papel importante en el confort emocional.

La protección exterior no debe subestimarse. Las fachadas expuestas al hielo, nieve o lluvias constantes necesitan productos con alta resistencia a la intemperie, a la contracción por cambios bruscos de temperatura y con buena elasticidad. En estos casos, los recubrimientos acrílicos de uso exterior o las pinturas impermeables formuladas para temperaturas bajas cumplen una función doble: estética y de blindaje estructural.

Un aspecto menos considerado, pero igualmente importante, es la correcta aplicación durante esta estación. Muchas pinturas no deben ser utilizadas por debajo de los 5°C, ya que esto afecta su adherencia y secado. Por eso, los fabricantes desarrollan líneas invernales, con aditivos especiales que permiten su uso en condiciones extremas sin comprometer la calidad del acabado. Estas versiones tienen tiempos de secado acelerados o químicos que aseguran el curado aún en climas adversos.

Para aquellos que piensan en renovar su hogar durante los meses fríos, la planificación es clave. Consultar con profesionales, elegir formulaciones aptas para invierno y seguir al pie de la letra las recomendaciones del envase marcará la diferencia entre un trabajo duradero y otro que se vea afectado en pocas semanas. Las pinturas para domicilio, en invierno, se transforman en una herramienta de confort que abriga, protege y decora.